El test más rápido (y útil) para detectar COVID-19 es la RT-PCR
Fig.1. Correlación entre la carga viral durante la infección por SARS-CoV-2, el progreso clínico y el resultado positivo de ensayo RT-pPCR y test serológicos. Fuente: Elaboración propia, Ministerio de Sanidad [2]
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las pruebas de diagnóstico de COVID-19 son fundamentales para rastrear la propagación del virus y evitar la transmisión.
Dos de las características que han hecho que este coronavirus se expanda de forma tan rápida y descontrolada son:
1) un periodo de incubación relativamente largo (1) durante el cual se produce contagio de la enfermedad antes de que el paciente presente síntomas que nos permita identificarlo y aislarlo,
2) junto con una proporción también muy alta (>50%) de casos asintomáticos o leves que igualmente no podemos identificar por sus síntomas pero que contribuyen de forma muy importante a la transmisión de la enfermedad (2, 3, 4).
Por tanto en el proceso de desescalada que comenzamos, realizar un test de detección de COVID-19 que nos permita detectar casos positivos lo antes posible, ayudará a aislarlos y hacer un seguimiento de sus contactos que evite su propagación.
Si atendemos a los datos publicados por los principales organismos internacionales incluyendo el último documento científico de la OMS y los propios datos del ministerio para la INTERPRETACIÓN DE LAS PRUEBAS DIAGNÓSTICAS FRENTE A SARS-CoV-2 la prueba de PCR debe ser la prueba de elección por dos motivos:
– Es la única prueba realmente fiable y que además permite detectar a personas infectadas incluso 5-7 días antes de tener síntomas, con datos de sensibilidad y especificidad típicamente de +99% (muy superior a la sensibilidad de los tests rápidos de antígenos)
Esto es mucho antes de lo que podríamos detectar anticuerpos en una persona positiva mediante los test serológicos. De hecho la ventana de tiempo realmente útil en la que podemos detectar un positivo con capacidad infectiva mediante un test de anticuerpos (IgM positivo y IgG negativo) es realmente muy pequeña: los test de anticuerpos solamente son sensibles una vez pasada la fase aguda de la infección, normalmente durante la segunda semana con síntomas, muy cerca del momento en el que los pacientes dejan de ser potencialmente contagiosos, ya que se ha demostrado la ausencia de virus infectivo a partir del 6º día del inicio de síntomas (5, 6, 7).
Según la OMS esto significa que un diagnóstico de infección por COVID-19 basado en la respuesta de anticuerpos a menudo sólo será posible en la fase de recuperación, cuando ya han pasado muchas de las oportunidades de intervención clínica o interrupción de la transmisión de la enfermedad.
– Es la prueba que permite detectar con eficacia positivos en casos asintomáticos y casos leves, pero según todo hace indicar, con capacidad de contagiar a otros (8). Ya que en estos casos la carga viral es mucho menor y la transmisión de la infección ocurriría fundamentalmente desde 1-2 días antes hasta 5-6 días después de la presentación de los síntomas (9).
Teniendo en cuenta que al menos la mitad de los contagios ocurren desde personas que todavía no tienen síntomas (2, 3, 4) será muy difícil controlar la expansión de la infección, si no detectamos de alguna manera estos casos.
Sin embargo solamente mediante PCR podemos detectar estos casos, ya que en los casos leves o asintomáticos la detección de anticuerpos no es posible hasta pasada la segunda semana después de acabar los síntomas, es decir cuando la infección ya está resuelta y se ha perdido la capacidad infectiva (10).
Por tanto una vez ya está garantizada la disponibilidad de los tests de PCR para los servicios públicos de salud, por supuesto para enfermos y personal sanitario, es momento de diseñar estrategias de detección precoz del virus en otros ámbitos, incluyendo clínicas y consultas, servicios de prevención de riesgos laborales, empresas, establecimientos hoteleros, etc, para detectar lo antes posible (incluso antes de desarrollar síntomas) nuevos casos. Esto nos permitirá un rápido aislamiento, facilitará un buen seguimiento de sus contactos y ayudará a seguir frenando la expansión de COVID-19.